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Pladis: una historia de ideas sostenibles

Pladis tiene historia, y con ella en la maleta se lanza al futuro de la arquitectura, en la que convivirá la tradición vernácula con la tecnología, buscando favorecer la mixtura de usos y la de vertiente social. La mirada crítica de los arquitectos Ricardo Padilla y Jorge Estévez pone en juego todo lo aprendido desde que el despacho se fundó, en 1991, para seguir un camino en el que se toma en cuenta el entorno desde la trama urbana para provocar una vida humana sostenible en sociedad.

¿A lo largo de su historia, cuáles han sido los momentos de mayor innovación?
Esta ha sido una constante en nuestra vocación. De hecho, innovamos más por el interés en divertirnos, en realizarnos, que por otra cosa. Lo que es definitivo y contundente, más que como un momento histórico o un año definitivo, tiene que ver con las relaciones con el cliente. Como bien lo decía el maestro Teodoro González de León: “No hay mejor cliente que un cliente cómplice”. Cuando tienes un cliente que está en sintonía con tu forma de ver el mundo, la naturaleza, la ciudad, empieza el juego de inventar algo realmente grandioso e innovador.

¿Cómo ha sido la relación de la firma con las nuevas tecnologías?
Una parte fundamental de Pladis es abrirse a la innovación, a lo que está sucediendo, al conocimiento y pensamiento de las mentes más brillantes y osadas. Sin embargo, y a pesar de ello, no somos fieles seguidores de la iglesia de la “Modernidad por la modernidad”. A veces un adobe puede ser más innovador que una lámina de titanio traída desde Dinamarca, no caemos en el juego de “los espejitos”. En cuanto a las nuevas tecnologías somos muy críticos, lo que más nos importa es el entorno; procuramos que las nuevas tecnologías nos ayuden a resolver nuestros proyectos en un sentido tanto económico, como ecológico y sostenible.

¿Cómo se han insertado sus proyectos en la trama urbana?
El programa urbano es una de las partes más importantes y relevantes de nuestro trabajo. Tenemos muy claras las variables humanas del entorno, lo que se vincula con el ser humano en su dimensión colectiva, fuera y dentro del edificio; creemos que el manejar las variables humanas individuales es sumamente complejo: siempre tenemos una consideración especial con los espacios públicos de nuestros edificios (nos referimos a lo que está al borde y hacia afuera de la propiedad). Básicamente, es necesario resolver el espacio colectivo en sus cuatro dimensiones: pública, semipública, semiprivada y privada; deben de entenderse muy bien, hay que darles cabida y juego.